viernes, 6 de marzo de 2009

Abuelo cuentame un cuento...


La niña sentada en su sillón mullido espera ansiosa la llegada de su abuelo, cada tarde con el caer del sol llegaba a su casa para contarle un cuento a su pequeña nieta.
Cuatro años apenas invadían su corazón, invadido por el amor más inmenso que podía profesarle un ser al final de sus días.
Fabulas creadas, cuentos populares, leyendas de antaño sonaban como un murmullo junto a la chimenea.
Quien podía robarle la imagen de esa niña atenta.
Los años pasaron y esa rutina no cambiaba.
Hubo una tarde que el abuelo no llegaba, la niña no tan pequeña preguntaba a sus padres por su nonito querido (así desde bebe llamo a su abuelito)
Ellos le contaron que sus piernas se habían debilitado, que no podría caminar, pero que ella seria ahora quien lo iría a visitar.
Entonces como un bumerán de la vida era ella quien lo visitaba cada tarde, cargada de cuentos para que el desde su cama le leyera.
Pasaron los años, el ya no podía leerle nada, para combatir la tristeza la joven cada tarde llevaba su guitarra y le cantaba las canciones que el mas amaba.
Entre sonrisas y recuerdos, melodías encadenadas pasaba sus ocasos.
Una tarde el partió hacia el cielo estrellado, dolor incesante, tardes que se opacaron.
Ella duerme con el dolor en su pecho.
Nadie sabe que frente a su cama en aquel sillón mullido esta su abuelo, ella no sabe que el llegara cada noche a colarse en sus sueños para contarle a su niña sus cuentos eternos.
Alumine

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