domingo, 23 de mayo de 2010

Canguelo (abyss-alu)


La casa está oscura, silenciosa como la noche misma.
En un rincón de mi habitación… aquí me encuentro sentada y atemorizada. Mis manos sudorosas, las ojeras que demuestran la trasnoche que pasé, mi extrema delgadez junto a la transparente palidez que atemorizan a quien me mira, y, mi mente perturbada por los espectros que sacuden mi coherencia, son mi única compañía. Estoy atenta a si también en esta noche llegaran las sombras que forman cada ocaso mi más terrible pesadilla.
Perdí la noción del tiempo hace mucho, mis días son apenas retazos de conciencia. Dormito por momentos pero siempre logran desvelarme las apariciones sin nombre… yo les llamo almas perdidas.
Todo comenzó a suceder luego de aquella tarde-noche cuando jugamos Ouija, me dejé llevar por la compañía y comenzamos aquella sesión que al principio se antojaba inocente, seguimos después con la copa y desde que bruscamente y para asombro de todos los que estábamos presentes, estallara, ya nada volvió a ser igual en mi vida. Las puertas se cierran, las sillas se corren sin manipulación humana, las luces se encienden y apagan por si solas, y todos esos ruidos que escucho brevemente en cada habitación… parecen estar al acecho para encontrarme sola y despertar en mí temores jamás antes sentidos.
Ahora me tiemblan las manos y mis ojos yacen desorbitados. Creo que he enloquecido… Siento que ya no puedo vivir, me va faltando el aire mientras el sol va cayendo en el horizonte… junto con su luz van languideciendo también mis fuerzas. No podré soportarlo.
Escucho una voz… como si alguien murmurase en el comedor. Ya ha comenzado, llegaron de nuevo. No puedo controlar el temblor que se posesiona de mí ni lo agitado que se torna mi respiración, algo o alguien murmura allá, y pareciera ser más audible cada vez, como esos murmullos que he escuchado cuando trato de dormir, seguidos de aquella sacudida cuando siento que alguien se ha sentado al filo de mi cama… pero no hay nadie aquí más que yo.
Quien me quita el manto del miedo, quien aleja a esos espíritus que vienen a mi encuentro, quien ensordece mis oídos para no oír sus lamentos. Quien se lleva a la noche, y con ella, mis temores.


Gracias Abyss por tu colaboración quien guste leer a este escritor mágico http://elhogardelaniebla.iblogger.org/main.html



Safe Creative #1002090124214

4 comentarios:

Abyssos dijo...

Un placer extenderte la mano desde la dura tierra que abraza mi sepulcro… un día de estos te compras una ouija, me invocas y charlamos “on line”.

Es una idea que me gustó apenas al leer esa primera frase “…como la noche misma”. Me atrapó. Se plasman miedo o temores que aquejan, según el mito, a aquellos que han “jugado” con este tablero. En mi experiencia personal, es un fenómeno extraño quizá con una explicación lógica hoy en día, o quizá es mera suposición, el punto es que, cuando se logra seriedad en el grupo durante la sesión, cuando se va con ganas de “abrir” aquello… pasan ciertas cosas que poco tienen de normales. Pero igual y nuestra mente se dispara hacia niveles que por no sernos cotidianos, clasificamos de sobrenaturales. Quien sabe…

Un abrazo! Cuídate mucho y gracias por todo :)

"Alumine" dijo...

Abyss eres sabedor del género, quien mas que vos para estar sumergido en este relato.
GRacias por los detalles que le has dado.
Abrazos para vos!!!
GRacias por estar aqu'i
Un abrazo

Anónimo dijo...

hermoso tema. gracias por compartirlo.
un abrazo

tecla dijo...

Nunca en mi vida había oído la palabra Ouija.
¿En qué consiste?
Abissos. Cuéntamelo tu.
Tengo muchas ganas de que me digas algo.
Alu. Me parece interesante que cuentes escenas de terror o de miedo.
Creo que es una buena forma de sacarse los demonios del cuerpo.
A veces están ahí y no hay manero de sacárselos de encima.
Mi bella Alumine.