No naciste para mí, ni nací para ti.
Se que la vida no nos juntara para siempre.
No serán tus brazos los que me cobijen en tiempos de tristeza.
Pero si se que estaré en tu memoria silenciosa.
Será tu esencia la que vivirá esparcida en mí.
Se que esta analogía danza con el viento y no tiene ataduras.
Se que cuando apareces golpeas como las olas en las rocas.
Y me siento tan vulnerable como una caracola en medio del recebo.
Se que compartiremos muchas cosas, pero no beberemos de la misma copa.
Se que podremos estar en una misma sintonía, pero estaremos separados como las cuerdas de un arpa.
Puedes estar en mi corazón pero no serás su dueño, ni te lo daré para que lo tengas.
Se que rondaras en mi como una mariposa a las flores.
Pero también se que no es mi intención adueñarme de tu vida.
Se que seré esa luz tenue que alumbre tu existencia por muchos días.
No nací para ti, ni naciste para mí.
Lo se…
Pero me deje envolver como la flor a sus pétalos al anochecer.
Se que la luna tiene celos y por eso hay tantos desencuentros.
Quizás algún día resistamos al intento del destino.
O quizás siempre estaremos añorando el tiempo de mirarnos frente a frente.
Y mas allá de lo que la vida tenga para cada uno.
Esto que dejas en mí.
Esto que dejo en ti.
Pase el tiempo que pase.
No puede cambiarse ni disiparse.
Acepta lo que te da mi corazón.
Ese que no se rinde ante tus silencios y tus faltas de tiempo.
Seguiremos aquí hasta sentir que nos extinguen los pies del destino.
Se que lo que te di no lo disipa el viento.
A través de la brisa dejo un beso en tu alma cada día.
Se que cuando cierras tus ojos puede que de vez en cuando pidas estar en mis sueños.
No naciste para mí, ni nací para ti.
Yo no le pido a la vida que seas mi dueño.
Solo le pido que me deje estar en tu vida, libre sin ataduras.
Libre e intenso como el viento.
Silvina
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